Por Julián Bruschtein
Intentando emular a sus pares santafesinos, el peronismo cordobés está en plena discusión para intentar acercarse a un acuerdo que lo lleve a la unidad en las elecciones este año. Mientras el gobernador Juan Schiaretti aún no dio a conocer la fecha de los comicios generales, la interna se está poniendo a tono. Tanto el sector que lidera Schiaretti como el que conduce el ex gobernador (y seguro candidato) Juan Manuel de la Sota no se ponen de acuerdo y tironean cada cual para su lado. El kirchnerismo local también muestra algunas fisuras. Las elecciones para autoridades del partido serán el 27 de marzo y será el indicador de cómo llegará el peronismo al escenario electoral de cargos ejecutivos para la provincia.
“Schiaretti se quiere quedar con el aparato del partido”, aseguró una fuente del PJ cordobés a Página/12 sobre las ambiciones del gobernador. El peronismo de Córdoba se encuentra en plena discusión para definir su futuro electoral de cara a las elecciones en las que deberán elegir al sucesor del contador. La demora de Schiaretti en definir la fecha de los comicios es uno de los puntos que le reclaman todos los sectores del peronismo local, pero el mandatario mantiene el misterio especulando con el armado interno del partido. Aunque no está oficialmente confirmada su candidatura, De la Sota es casi número puesto para la gobernación, habida cuenta de que Schiaretti no puede presentarse por su anterior mandato de vicegobernador en el período previo.
El debate hacia el interior del partido que gobierna la provincia se centra en la unidad entre los distintos sectores, incluido el kirchnerismo. “Así lo planteó la Presidenta y así lo vamos a hacer”, afirmó a este diario Juan Domingo Viola, dirigente de la agrupación Peronismo Militante. La unión de todos los sectores del peronismo es clave para enfrentar la postulación a gobernador del senador Luis Juez, que por ahora es el candidato con mayor intención de voto, seguido por el radical Oscar Aguad y luego, en el tercer puesto, por De la Sota. Si las elecciones fueran junto a las nacionales, el candidato peronista incrementaría ampliamente su caudal electoral por el arrastre de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que lo acompañaría en la boleta, sumado esto a que Juez no tiene candidato presidencial y los radicales le robarían algunos votos.
La relación entre el gobernador cordobés y el gobierno nacional nunca fue demasiado buena, pero desde la muerte de Néstor Kirchner la tensión se había ido disipando. Operadores del peronismo local dicen que ahora “está dolido porque lo descartaron como posible vice de Cristina”. Al quedarse sin cargos de relevancia en la provincia, juega con la fecha de la elección –dijo que recién en marzo o abril la va a dar a conocer– para estirar lo más que pueda la negociación con los distintos espacios internos. Pero también anunció que se iba a poner en práctica la reforma electoral sancionada en la provincia recientemente, lo que hace suponer que las elecciones serán desdobladas, algo que no sería del agrado del gobierno nacional, que aspira a una victoria en primera vuelta. Al quedar fuera de la carrera por la gobernación, todavía no dijo cuál será su destino una vez que deje la Casa de las Tejas, pero descartó de plano ser candidato a intendente de la capital. “Mi hora para ser intendente ya pasó”, había dicho el gobernador en diciembre descartando la posibilidad de afincarse en el Ejecutivo de la ciudad capital de la docta, a pesar de que es el candidato peronista que mayor aceptación tiene entre los habitantes de la ciudad.
A las líneas internas de Schiaretti y De la Sota se sumó el kirchnerismo. En un plenario de todos los espacios peronistas K, que se realizó el lunes pasado, definieron participar de la interna del partido y proclamaron a Viola como el candidato a la intendencia que impulsarán en las elecciones donde se definirán las candidaturas, el 1º de mayo. “Vamos a participar de las internas del PJ para recuperar el partido y consolidarnos como espacio interno”, destacó Viola. Pero los kirchneristas todavía no terminan de cerrar las rencillas entre ellos. El intendente de Villa María, Eduardo Acastello, que era el delfín del kirchnerismo en la provincia, se mueve un poco más suelto y presiona con una lista por afuera. La disputa hacia el gobernador también tiene que ver con quién será el acompañante de De la Sota en el Ejecutivo provincial. Allí se anotan Acastello –que hace un doble juego porque promueve la lista por afuera pero participará en las internas partidarias de su localidad–, el diputado y ex intendente de Río Cuarto Alberto Cantero Gutiérrez y el jefe comunal de Leones, Fabián Francioni.
Los kirchneristas no peronistas observan los movimientos con cierto recelo. Hay muchos que no están de acuerdo en participar de un armado que contenga a De la Sota y Schiaretti y, por eso, se están agrupando para evaluar cómo definen su lugar en el escenario político. El Frente Grande, el Partido Comunista, el sabbatellismo –el viceintendente capitalino, Carlos Vicente, responde al diputado bonaerense– y las huestes del intendente Daniel Giacomino, entre otros, están detrás de un posible armado común.
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