¿Qué es Iniciativa Popular? 01/10/2010

CONVICCIONES Y LINEAMIENTOS ORGANICOS

¿Quiénes somos?
Somos ciudadanos de distinto origen político e ideológico que nos vinculamos a partir de una coincidencia básica: la decisión de respaldar el proceso abierto en el 2003, con la presidencia de Kirchner. Pese a sus límites y contradicciones, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner emergen y responden a las corrientes gestadas en el fragor  de las movilizaciones del 2001, cuyo franco repudio a la experiencia neoliberal originó  un viraje de la opinión pública hacia posiciones afines al nacionalismo popular.
Si bien el golpe de 1976 sometió al país a las recetas económicas consagradas posteriormente por el Consenso de Washington y fue responsable de la época más aciaga de nuestra historia, es indudable que, recuperada la  democracia, el radicalismo y el peronismo, otrora nuestros grandes partidos populares, convalidaron un rumbo que estimulaba la especulación y destruía la producción y el empleo genuino, con grave perjuicio para nuestros trabajadores y empresas y enajenación de los recursos estratégicos y el capital acumulado por varias generaciones.
Ahora bien, si la dictadura militar usurpaba el poder, los gobiernos democráticos fueron el fruto de nuestra elección. Eran “nuestros” representantes. De allí la bronca y el dolor que sintetizaba el grito unánime “que se vayan todos”. La crisis de representación tiene allí su matriz: en la oportunidad perdida, la fe burlada, la traición al legado de Irigoyen y Perón, el olvido de nuestra historia.

¿Qué nos proponemos?
En el cuadro de fragmentación política actual, que refleja fundamentalmente la crisis de representación ya señalada, pretendemos conformar una fuerza nacional, democrática, popular y revolucionaria que luche por afianzar el modelo productivo con justicia social y soberanía política que vienen trazando Néstor y Cristina Kirchner desde el 2003, en la Argentina, y los nuevos líderes populares, como Evo Morales, Correa, Chávez, Lula Da Silva y Lugo en el resto de Latinoamérica.
Decimos nacional, en la línea de continuidad de los movimientos populares que en la historia del país, enfrentando al bloque de poder internacional y los grupos privilegiados internos, buscaron encontrar un camino propio para la patria y su pueblo. En las nuevas condiciones del siglo XXI, retomamos la lucha por emancipación espiritual de América Latina, que nos incluye y hacemos nuestro el pensamiento nacional de Arturo Jauretche,  Scalabrini Ortiz y tantos otros, contra el pensamiento colonizado de la elite europeizada.
Decimos democrática porque estamos convencidos de que las grandes transformaciones que el país requiere deben sustentarse en la soberanía popular y, si pretendemos hacerlas perdurables y definitivas, es preciso ratificar y vigorizar la participación de las mayorías populares en todos los planos de la vida nacional. La soberanía del pueblo es una gran bandera, en la medida en que su pérdida siempre ha sido trágica para la suerte del país. La democracia, no obstante, no evitó la quiebra de nuestra patria, entre 1983 y el 2001. Pero cabe decir que fallamos todos, el conjunto social y sus liderazgos políticos: no hay fórmulas que nos ahorren la tarea de madurar como pueblo y revalorizar la participación y la conciencia ciudadana.
Pero no caemos en la contradicción de aquellos que pretenden democratizar la vida del país y la desconocen dentro del movimiento popular y concretamente en el seno de sus propias agrupaciones. Iniciativa Popular da un gran valor a la lucha por garantizar la formación política y participación protagónica de todos sus militantes, decisiva para impedir los fenómenos de burocratización y travestismo político. Alertamos a los compañeros contra la destructividad propia de los liderazgos personalistas y la necesidad de respetar en todos los niveles formas orgánicas y colectivas de dirección política.
Decimos popular por el contenido de nuestra acción y nuestras propuestas. Las minorías privilegiadas son antinacionales y antipopulares; de espaldas al país, vivieron asociadas a un sistema de intereses que subordinaba nuestra economía y condenaba a la exclusión y la pobreza a amplios sectores de la sociedad argentina. El desarrollo que propugnamos debe favorecer al pueblo todo con una distribución progresiva del ingreso; los recursos  y los servicios públicos en materia de educación, salud, recreación y seguridad pueden y deben servir a todos y obrar en beneficio de la igualdad de oportunidades, sin servir solo a los grupos que cuentan con capacidad económica y poder social.
Decimos revolucionaria porque impulsamos una transformación profunda y duradera en la sociedad y el Estado, no un cambio cosmético y superficial. La patria para todos, con proyección latinoamericana y fundamentos humanistas, sólo podrá construirse luchando por el desarrollo de patrones culturales que enfrenten la anomia y el egoísmo reinantes y establezcan normas de solidaridad social. Los procesos revolucionarios no se declaman, se impulsan concretamente. Es necesario, no obstante, señalar los propósitos de nuestra acción: respaldamos al kirchnerismo sin subordinarnos a su jefatura, con independencia crítica y autonomía organizativa, buscando ampliar sus bases de apoyo y profundizar los cambios con la participación y el protagonismo de nuestras mayorías, para avanzar en la liquidación de los fundamentos mismos del poder económico que gobernó al país, desde siempre.  

¿Una agrupación más?
Nada más lejos del propósito que nos moviliza que aportar otra sigla al muestrario de la fragmentación. Estamos dispuestos a renunciar al nombre que nos distingue si logramos establecer una posibilidad de confluencia capaz de corregir en alguna medida la actual dispersión de la militancia popular. Pero los procesos de confluencia no pueden soslayar los problemas reales que generaron la disgregación y que hoy contribuyen a sostenerla,. No basta con los llamados a la unidad. Es insuficiente el mero voluntarismo. La unidad implica una cuota de voluntad, sin duda, de parte de las tendencias, pero también exige una definición clara de cómo nos relacionamos con la política como totalidad y muy especialmente con los problemas del liderazgo y del lugar que damos, en los hechos, a la iniciativa y al protagonismo popular.
Para nosotros esto es decisivo y divide aguas, en la política y la organización, dentro del campo de la militancia popular: no renunciamos a la independencia crítica, no podemos convalidar los liderazgos verticalistas, juzgamos perjudicial toda tentativa de sustraer al pueblo y a la militancia la tarea de resolver cómo defendemos la causa común, quién nos representa en el poder político y en los espacios públicos, cómo cumple cada cual su responsabilidad, cómo vamos construyendo en cada lugar y en cada esfera una patria para todos.

¿A quiénes estamos intentando expresar?
 Es posible resumir nuestra identidad particular del siguiente modo:
1) Sostenemos un apoyo crítico al proceso que lideran Néstor y Cristina que, con sus límites y contradicciones, representa sin duda la mayor tentativa de transformación del país desde 1955. Pero junto a los aciertos y conquistas logradas, no podemos dejar de advertir errores e inconsecuencias en la andadura del gobierno popular, y es por eso que hablamos del apoyo crítico a su gestión. Lo apoyamos sin retaceos frente al ataque destituyente de la oposición. Pero lo hacemos críticamente en el más puro y directo significado de la expresión: no aplaudimos ciegamente todas las medidas y posiciones del gobierno sólo porque vengan del gobierno, sino porque sometidas a nuestra libre consideración y valorando las condiciones de posibilidad que resultan de un análisis detenido de la realidad nacional, consideramos que constituyen un avance en el proceso de construcción del proyecto nacional. 
2) Pretendemos dar a ese objetivo una sustentación firme y duradera, afianzando el rol protagónico del Estado en el desarrollo nacional, tanto por su intervención más decidida y consecuente en la regulación del sistema financiero y las inversiones extranjeras como por la promoción de la empresa privada de capital nacional, muy  particularmente las pymes, las sociedades cooperativas y el área social de las empresas sin patrón, en un marco signado por el protagonismo popular y la estimulación de un debate sobre el proyecto de país que los argentinos precisamos, apto para impulsar la conciencia nacional y liquidar toda posibilidad de restauración neoliberal;
3) Queremos contribuir a la reconstrucción del movimiento nacional, que debe adoptar las características de un amplio frente de nuestras mayorías nacionales, los trabajadores, los estudiantes y las clases medias, los empresarios de la ciudad y el campo y el conjunto de las fuerzas institucionales con conciencia nacional que asocien su realización a la lucha por un modelo productivo con inclusión social y explotación racional de los recursos del país. Es ineludible, para esa finalidad, retomar el ideario de los movimientos populares del siglo XX, rehabilitar la política como un quehacer colectivo, abordar la actualización del programa nacional y cerrar el ciclo de la decadencia argentina.

¿Cómo construimos nuestra organización?
Intentamos dar los primeros pasos, hoy, agrupando a los compañeros que comparten los lineamientos expresados. Nos reunimos en núcleos de reflexión política y acción práctica, compuestos por ciudadanos dispuestos a realizar un esfuerzo personal por su comunidad próxima y por la patria común.
Los grupos se constituyen en torno al factor de agregación que comparten: condición de vecinos de un barrio,  localidad, profesión, oficio, estudio o actividad social o cultural y se integran con ocho a diez miembros para facilitar la mayor participación posible, tanto en las tareas de formación y reflexión política como en las actividades que se programen en cada campo o espacio de la realidad.
Creemos que en cada rama de la actividad  laboral, social o cultural es posible y necesario vincular las necesidades sectoriales  a las demandas generales más profundas de nuestro pueblo que sólo se pueden alcanzar en el modelo de país inclusivo que ambicionamos. En establecer esa conexión permanente y buscar respuestas colectivas imaginativas y eficaces se encuentra la razón de ser de nuestros esfuerzos cotidianos.
Consideramos que la organización popular se construye entre todos y su diseño resulta del análisis y discusión en el curso de la acción política. Creemos que la correcta lectura de la realidad, la elaboración constante de líneas de acción y su ejecución consecuente, constituyen los factores determinantes del crecimiento propio de nuestras fuerzas y de la posibilidad de confluencia con otras organizaciones hermanas.
En esta etapa debemos reconocernos al compartir los lineamientos generales que estamos esbozando y organizarnos para revalorizar la actividad política y superar la decepción y la apatía general que la descomposición de los partidos mayoritarios que ya señalamos trajo. Por ahora estamos funcionando como una red de grupos vinculados horizontalmente, sin jerarquías establecidas y normas que regulen la toma de decisiones.
Pero sabemos que esto es transitorio, propio de la etapa inicial de la construcción de nuestra organización. Nuestros compañeros más capaces deben ganar legitimidad en la lucha cotidiana para acceder a mayores grados de complejidad organizativa.
Hoy el debate nos asegura el consenso, partiendo de la base de que afirmamos nuestra unidad en la firmeza de las convicciones señaladas anteriormente y en la expresa voluntad de que las normativas que adoptemos luego de superar la etapa inicial no afectarán la democracia interna y la libre expresión de todos los matices.

¿Cómo sintetizar la tarea de los grupos?
 1) En lo que hace al plano de la política general, los grupos comparten una reflexión del momento que vive el país y América Latina destinada a generalizar el conocimiento y la aptitud de todos sus miembros para juzgar por si mismo qué ocurre y qué hacer en cada coyuntura. Somos una parte del movimiento general y con perfil propio e independencia crítica luchamos por la unidad de las fuerzas nacionales, por asegurar el terreno ganado por el pueblo, impedir la restauración neoliberal y oligárquica, consolidar los avances en base a la movilización del pueblo argentino y a la democratización política de todas sus organizaciones;
2) Los grupos atienden, además, a una realidad parcial: su localidad, barrio, fábrica o su facultad o su escuela, etc. La especificidad de sus problemáticas debe ser materia de una elaboración minuciosa, para constituir el fundamento más general y amplio de las tareas de propaganda y organización política, que deben partir de esa especificidad y definir su relación con los problemas globales que sufre el país y el pueblo argentino. Para brindar  un solo ejemplo, valga recordar que una localidad cuyos ingresos dependen del turismo interno no prosperará en medio de un país empobrecido;
3) La elaboración política debe superar la prueba de la práctica: necesitamos desarrollar una interacción con nuestros ámbitos de actuación que apunte a lograr la participación colectiva en la elaboración y la ejecución y el posterior control de la gestión pública y el desarrollo de expresiones que lleven al público las creaciones de la inteligencia y el arte latinoamericano que refleja al mundo con nuestros ojos, para neutralizar la influencia de la cultura antinacional y antipopular dominante y facilitar el desarrollo de la conciencia nacional.

¿Cómo nos relacionamos en la etapa actual?
De un modo general, quienes constituimos el grupo inicial, hemos resuelto en el primer plenario, provisionalmente: 1) Conforme surja de las necesidades operativas, los grupos asignarán funciones y responsabilidades a cada integrante. Ante los plenarios grupales, los grupos designarán un representante y aunque sus deliberaciones estarán abiertas para todos, para decidir contará el voto de los representantes; 2) El Plenario de Grupos: se reunirá periódicamente, en lo posible con un lapso no mayor a tres meses o cuando las circunstancias lo requieran. En cada plenario se designarán los responsables para la preparación y cierre del próximo temario; 3) Los grupos se vinculan de la siguiente manera: a) además de las reuniones semanales o quincenales, cada grupo conformará un grupo virtual o digital  de carácter interno y reservado sólo a ellos, donde se canalicen las cuestiones organizativas internas para la reflexión y acción en su campo de trabajo. b) todos los grupos se conectan a través de un vínculo virtual para el debate político más general, con un procedimiento predeterminado que garantice la participación de todos los miembros.

¿Cómo aseguramos la difusión de nuestras propuestas y pensamientos? 
En el estadio actual de organización y desarrollo, el órgano oficial que expresa nuestras posiciones y difunde otras expresiones del campo popular, es el blog CONVICCIONES PARA UNA  INICIATIVA POPULAR, nutrido y administrado por los compañeros que fundaron la Corriente del Sudeste. Obviamente, la propuesta de materiales puede surgir desde todos los grupos.
Cada grupo asume la responsabilidad de difundir el blog y material allí contenido en sus respectivos ámbitos de trabajo y todos se comprometen a concurrir en la producción y/o remisión de textos que alimenten su contenido. La decisión de difundir los documentos públicos de Iniciativa Popular se tomará mediante la consulta ágil y directa entre los responsables de cada grupo, así como la selección de documentos de cualquier origen que juzguemos útil para romper el discurso político o cultural de la derecha. Es nuestro propósito hacer posible la edición de un periódico y otros documentos en soporte papel,  con diversidad temática, que nos permitan acceder a sectores no informatizados y contar con las ventajas del trato personalizado.  
Los lineamientos orgánicos sugeridos se irán modificando y ajustando a medida que avancemos en el crecimiento e inserción en diversos ámbitos territoriales y específicos, apelando, en cada caso, a la participación democrática de todos sus miembros
Córdoba, 01 de octubre de 2010