Para entender de qué se está hablando cuando se habla de Medios de Comunicación, invito al siguiente ejercicio de razonamiento básico:
Por ejemplo: si alguien no tiene dinero para atenderse en una clínica privada, le queda la opción del hospital público que es gratuito porque lo paga el Estado.
Lo mismo, si no tiene para mandar a sus hijos a una escuela privada, puede optar por la escuela pública, que también paga el Estado. ¿De acuerdo?
Entonces ¿Por qué si una persona -y son millones- está harta, saturada, hastiada por la distorsiva e hipócrita información que dan los medios de comunicación privados de la Corporación monopólica, no se puede también darle la posibilidad de informarse mejor desde un canal, un diario o una radio del Estado?
Esto lleva a la lógica conclusión de que si hay ciudadanos que quieren otro enfoque, otra opinión, otra mirada que refleje con responsabilidad la realidad, y no la tendenciosa que les imponen las empresas privadas propietarias de la mayoría de los medios, es un derecho irrenunciable que el Estado también debe atender.
Desde este elemental análisis, el programa “6-7-8” que emite la Televisión Pública, viene a cubrir una necesidad vital de la sociedad moderna, porque con sus críticas al periodismo hegemónico, por medio de irrefutables argumentos, de valiosos archivos, con notas a invitados de prestigio y la calidad de sus periodistas, saca a la luz las miserias de la prensa “Independiente” -herencia de la dictadura- que manipula el 80% de la información que recibe el país. Algo que no existe en ninguna parte del mundo.
Tanto es así, que personalmente considero que “6-7-8”, viene a ser lo que la Revista “Humor” fue durante el Terrorismo de Estado, cuando denunciaba los crímenes de la dictadura. Era entonces, la única fuente de información que disponía la ciudadanía, porque todo lo manejaba la dictadura. Hoy, en plena Democracia, con “6-7-8” se repite esa historia, nada más que ahora en lugar de ser de los milicos asesinos, los medios están en manos de la mafia monopólica.
La comunicación, la buena comunicación, es un derecho inalienable de toda persona, como lo es el derecho a la salud, a la justicia, a la educación, a la justicia etc. etc.
Magdalena Ruiz Guiñazú, Grondona, Morales Solá, Nelson Castro, Santo Biassatti, Chiche Gelblung y los que integran la llamada “Oligarquía del periodismo”, a sueldo en el Grupo Clarín y La Nación, -donde cobran más de 200 mil por mes para tergiversar o denigrar cualquier acto que sospechen merecedor de alguna simpatía oficial- hoy tanto se victimizan que hasta desean un muerto para justificarse. En ese contexto, y con gran ostentación mediática, fueron a pedir “seguridad” a los legisladores de la oposición, -precisamente los que integran el elenco estable de la Corporación de los multimedios- porque se sienten “escrachados y amenazados” por la “Dictadura K” Son los mismos que se callaron cuando la verdadera dictadura -de la que fueron cómplices- asesinó a 109 periodistas, entre los 30 mil que desaparecieron.
Son los que machacan -y muchos ingenuamente repiten- la chicana de que “con los militares había seguridad”. Y uno no puede menos que recordarles que “esa seguridad” estaba en manos de militares golpistas que asaltaron el poder e implantaron un régimen de terror, secuestrando, torturando, desapareciendo a miles de seres humanos que en su mayoría eran arrojados vivos al mar, robando y traficando con bebés, destruyendo la economía e hipotecando al país de por vida, metiéndonos en una guerra suicida, para terminar condenados aquí y en medio Europa, por genocidas. Como podrá verse, seguridad, lo que se dice seguridad, no era precisamente lo que abundaba.
Para ser más explícito: era como la seguridad que puede tener una inocente majadita de ovejas, con una manada de lobos hambrientos cuidándolas en el corral.
Para ellos, el programa "6-7-8" es peor que un forúnculo en el ano. Tanto les duele, que exigen que sea levantado del canal público porque -dicen- lo pagamos todos. Pero bien que ocultan que a los monopolios privados -y por ende a ellos- también los pagamos todos y nos sale muchísimo más caro y pernicioso. Por lo tanto, si no quieren que se emita por el canal 7 un programa que les saca la careta ante la opinión pública, si son tan, pero tan defensores de la libertad de expresión como pontifican . . . entonces, que le den lugar en alguno de los muchos canales del monopolio para que la gente se exprese sin censura. Por supuesto, eso jamás va a ocurrir.
Debe quedar en claro que los seguidores de “6-7-8-“, ésa masa que cada día crece como una marea incontenible y que ya logró una movilización de más de 50.000 personas autoconvocadas desde facebook en apoyo del programa, -hecho inédito- existe porque muchísima gente con tozudez, con bronca, con rebeldía, ha decido dejar de ser “objeto”, para convertirse en sujeto, dejar de ser “hablado” para ser hablante, dejar de ser “escuchante” para ser escuchado. Y hoy se ven reflejados en un programa que desenmascara tanta manipulación e hipocresía, les da espacio y los contiene como seres pensantes.
Esos miles de seguidores encendían la tele y al ver las “vacas sagradas” con el mismo discurso falaz de siempre, les daba repulsión. Y aunque suene a ironía, o paradoja, debido a esos amanuenses, cuando no directamente mercenarios, miles y miles hoy apoyan al gobierno y a la nueva ley de servicios audiovisuales, por el rechazo visceral que les tienen.
La Corporación de multimedios hegemónica posee tal cantidad de medios en todo el país, entre canales de aire, cable, diarios, revistas y licencias, tantos, pero tantos . . . que es imposible dimensionar su cuantía, y la gente, la que no quiere más monopolios en la comunicación para que no la desinformen informando está diciendo . . . ¡Basta!
“6-7-8” en cambio, tiene un programa en un solo canal . . . Esto es como si a un tanque de guerra se lo atacara con una espadita de madera. No obstante lo quieren eliminar. ¿Así defienden la libertad de expresión?
Ellos sí pueden cuestionar, criticar, ningunear y escrachar a cualquiera, pero el “Periodismo independiente” que ellos dicen representar, es intocable, es sagrado. Esa es la mentalidad de estos dioses de utilería que desde su Olimpo mediático, consideran a la audiencia como una sumisa feligresía que les debe rendir permanente profesión de fe.
Pero la realidad está demostrando que ese idílico “Parnaso” donde creen morar, sólo existe en sus ensoberbecidas mentes enfermas de importancia . . .
Desde Laborde escribió el compa Delsio Evar Gamboa
Muy bien, de acuerdo cumpa.
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