martes, 29 de junio de 2010

Afianzar el sujeto social, 3er parte

Charla a cargo del Dr. Lucio Garzón Meceda pronunciada el 6 de Agosto de 2009 en el 42 Congreso de la Federación Argentina de Trabajadores de la Imprenta, Diarios y Afines- FATIDA- Realizado en Villa Mirador del Lago- Bialet Massé- Sierras de Córdoba.

El aislamiento de los sindicatos
Eso nos lleva a que, para superar esta crisis de la cierta noción de ajenidad, de ajeno, que muchas veces los trabajadores se sienten con respecto al sindicato. ¿Cómo contrarrestarla?
En principio, tenemos estructuras sindicales fuertes, pero carecemos en general, que esas estructuras sindicales fuertes puedan corresponderse con un poder de cambio o de reforma social suficientemente fuerte, y es uno de los elementos que es necesario replantearse, porque hoy en día los sindicatos no pueden seguir aislados de la vida social sin los medios de comunicación imprescindibles, los sindicatos no podemos seguir dependiendo de los órganos de prensa, de televisión y de radio que son del sector empresario y todo el mensaje que cotidianamente se trasmite al trabajador individual es un mensaje antisindical, subliminalmente a veces, no se plantean decir que los sindicatos se tienen que destruir, pero cotidianamente hay un mensaje de crítica directa o indirecta al accionar de los sindicatos.
Nadie puede desconocer que hay sindicatos que puedan estar bien o mal administrados, pero cuando se los critica desde los medios de prensa no se los critica para mejorarlos y hacerlos más fuertes. Se los critica para que se desarrolle en la conciencia de los trabajadores individualmente la idea que los sindicatos no sirven, porque desarrollar la idea que el sindicato no sirve es la que mejor favorece la posibilidad, que el sindicato cuando tenga que negociar negocie en muy malas condiciones, porque la noción que imparte y reciben los trabajadores individualmente es negativa.
Entonces, uno de los temas centrales de los sindicatos es plantearse la necesidad no solamente de negociar el salario y las condiciones de trabajo sino estructurar un contrapoder social para establecer en la sociedad unas condiciones más óptimas para que el mensaje sindical llegue.

La prensa sindical
Por ejemplo, no tengo porque silenciarlo, es inconcebible con la capacidad y la fuerza que hoy tienen las estructuras sindicales, no dispongamos una poderosa prensa sindical que se corresponda con los objetivos de esa estructura.
Es indispensable y creo que se va a abrir un debate en poco tiempo sobre la necesidad que los trabajadores tengan sus propios medios de información directa, porque es necesario recuperar el nivel de conciencia de los trabajadores y que dejen de considerarse clientes del sindicato para volver a considerarse un compañero solidario que piensa por él, por el conjunto y por el conjunto de la sociedad en función de trasformarla.
Decía que el modelo argentino ha sobrevivido mejor a causa de lo que se llama el modelo sindical.
Un sindicato por actividad, un sistema de cuerpo de delegados muy particulares y también el sistema de procurar desarrollar los mejores servicios posibles, ahora, las dificultades que tienen las organizaciones sindicales para avanzar en la provisión de nuevos servicios, están ligadas indudablemente a las condiciones materiales que cada uno de los sindicatos pueda tener. Entonces es como el huevo y la gallina, nosotros tenemos que, para tener mayor fuerza recuperar la conciencia del trabajador, a su vez para recuperar la conciencia del trabajador tenemos que procurar atraerlo, y para recuperar el sentido de solidaridad tenemos que darle mejores servicios para que sea más atractivo su retorno y su llegada al sindicato, pero a su vez la mejor cantidad de servicios se hace muy dificultosa si el sindicato no es una organización que tenga los medios suficientes. Y si está debilitado por la falta de la acción de los trabajadores es difícil que el sindicato pueda obtener mejores condiciones.

Modificar la vida de los sindicatos
Es una tarea que en determinado momento tiene que modificar la vida cotidiana de un sindicato, es decir, hay un momento en donde hay que replantearse un salto.
Simbólicamente, diría que en estos momentos, tenemos fuertes estructuras sindicales, pero es indispensable que se planteen una propuesta social general, no limitada a cada una de sus actividades, sino una propuesta de cambio general.
Recuperar no solamente la función de negociador de condiciones de trabajo y salario sino la de ser una contrapropuesta social.
En estas últimas elecciones, esa falta de contrapropuesta social, produjo un hecho que obliga, estando en el sindicato yo creo que se puede hablar. Había unas elecciones importantes, no decisivas porque no se elegía un presidente, pero importantes. La Confederación General del Trabajo, con un muy buen criterio el día 30 de abril hace un acto masivo, importante. 50, 60, 80 mil personas. Donde plantea que habría que darse la defensa de algunas de las conquistas y reivindicaciones que se habían obtenido desde el 2002 hasta ahora, ese es el eje, foco central del acto. Pero ¿qué ocurrió? No tengo respuestas, yo lo converso y lo he conversado muchísimo con los sindicatos. Después de ese acto, importante, uno de los actos más importantes que han desarrollado los sindicatos argentinos en los últimos 20 o 30 años, no tuvo continuidad, después del acto del 30 de abril no hubo continuidad en el interior del país, no hubo continuidad no solamente en las plazas a través de actos públicos, sino que no tuvo continuidad en el mensaje de los sindicatos a los trabajadores en ocasión de la delegación. No para decir cómo debe votarse, vote al partido A, B o C, no. Frente a una elección los trabajadores debemos procurar que el voto se encauce en defensa de lo mejor que nos puede significar para la vida social del conjunto de los trabajadores, no hubo continuidad. ¿Y qué sucedió?
Sucedió que se ha dado una situación sumamente riesgosa, al margen de la camiseta de cada uno, que los trabajadores han votado de forma dispersa, primando en el hecho de una elección, el aspecto individual, bueno, es que a mi me gusta fulano, me gusta sultano. Pero se había perdido la idea que en un proceso electoral hay que pensar socialmente y decir qué es lo que mejor conviene, no del punto de vista personal mío, que me resulta más simpático fulano o sultano, sino cuál puede ser la mayor utilidad del voto para el conjunto de los trabajadores, para el conjunto de los más necesitados, para mejorar la situación.
Pero eso no se produce, se produce una dispersión en el voto de los trabajadores argentinos. Y se produce un resultado muy particular. Si eso no se corrige podemos enfrentar situaciones que, ha ocurrido en otros países, que sintiéndose socialmente solidarios en el lugar de trabajo, se pierde la sociabilidad, se pierde la solidaridad, cuando hay que hacer una expresión política y ahí se piensa individualmente, y esa es una forma de suicidarse.
Suponer que el trabajador cuando vota tiene que votar independientemente, por el que me gusta más y no votar en función de sus intereses colectivos, se puede llegar a un suicidio, a un suicidio de una clase trabajadora que no piensa en los momentos decisivos como clase y piensa como individuo. ¿Y por qué ocurre eso?
Ocurre porque todos los medios de formación de una conciencia están dirigidos cotidianamente a delimitar el nivel de conciencia social y solidaria de los trabajadores para que prime el carácter individual, porque primando el carácter individual, así como en la fábrica el patrón puede hacer lo que quiere, en la política si prima un carácter individual vamos a elegir candidatos antagónicos a nuestros intereses y que pueden afectar nuestro propio futuro.
En 1932, 1933, Alemania era el país con el movimiento sindical más fuerte. Estaba la corriente socialista y comunista, era el modelo de sindicalismo. Y llegó una situación política en la que los sindicatos se confundieron, consideraron que no era riesgoso, que no estaba en juego un determinado desarrollo, y en ese país, que era el país más avanzado, con mayor cultura social, etc., los trabajadores, sin darse cuenta, lo pusieron a Adolfo Hitler en el poder y la noche cayó para los trabajadores y los sindicatos de Alemania por casi 30 años, hasta 1950.
Ese episodio de los sindicatos alemanes en la solución del nazismo, etc., fue criticado por gente que escribió sobre la historia como la tragedia del movimiento obrero. Lo que ocurrió en Alemania fue una verdadera tragedia, porque la falta de un rumbo político en determinado momento condujo a que se llevase al país, sin cumplir los sindicatos el rol que debían haber cumplido, a una situación bastante difícil y trágica.

El modelo solidario como objetivo
En nuestro país, no digo que estemos en una situación de tal tragedia, pero sí políticamente es muy similar. Si nosotros los sindicatos no recuperamos nuestra condición de contrapoder político, vuelvo a insistir, la idea que como sindicatos no solamente tenemos que opinar en las condiciones particulares de las condiciones de trabajo, etc.; sino que dejamos de pensar en el conjunto de la sociedad, podemos llorar. ¿Por qué?
Porque en nuestro país está en discusión un modelo, y algunos ponen el énfasis en la distribución de la riqueza, procurar que los 7 u 8 servicios públicos puedan llegar cada vez más a todos los ciudadanos sin distinciones, y hay otros modelos que pueden poner el énfasis en que hay que desarrollar el capital, hay que acentuar el capital, y que cuando el capital produzca más, rebase el vaso, le va a llegar a los trabajadores, o a los humildes, a los asalariados, a los excluidos, a los pobres o a los miserables.
Son dos alternativas en las cuales sería sumamente erróneo, suicida, de los trabajadores y de los sindicatos argentinos, si no supieran poner el énfasis en lo que hay que procurar afianzar por las vías que sean necesarias, es el modelo social, solidario, de redistribución de la riqueza.
Si se repite el fenómeno de esta elección en una futura elección en 2011, podemos correr el riesgo que al dispersarse la fuerza social, el sujeto social, el sindicato y los trabajadores, si se dispersan y el pensamiento se canaliza individualmente, puede ocurrir que sin darse cuenta, como les ocurrió a los trabajadores alemanes en el 32´, 33´, estemos votando a quien contradice nuestros propios intereses de trabajadores, de asalariados y de ciudadanos que necesitan un cambio de modelo en función que todos los servicios, que son necesarios puedan ser gozados a través de una correcta redistribución de los ingresos y de una reforma impositiva.

El cambio como responsabilidad colectiva, el contrapoder
Equivocarse en un sistema democrático, que hay que afianzar por supuesto, equivocarse en los procesos electorales, es suicida. Ahora, no es responsabilidad de los trabajadores individualmente, es responsabilidad de las organizaciones sociales, de los sindicatos, es responsabilidad en el caso de los gráficos de todos ustedes, replantearse, repensar, si el rol del sindicato tiene que ser exclusivamente el convenio colectivo y las condiciones de trabajo o el rol del sindicato tiene que ser eso más la propuesta y la contrapropuesta de cambio social que se da en el país a través de las elecciones.
Yo creo que es indispensable recuperar la conducción de un contrapoder de propuesta, un sindicalismo de propuestas sociales y políticas, de forma tal de que los trabajadores en el momento de la elección tengan una orientación, reciban la orientación y la respeten. Porque no sacamos nada con solamente enviar un mensaje y no hemos creado previamente las condiciones como para que este mensaje sea recibido, y como tal el trabajador actúe en el acto electoral como corresponde a sus intereses propios. Es una tarea difícil, pero que se puede realizar y no hay que esperar a que venga de arriba sino que tiene que salir desde abajo la necesidad de que, desde el delegado hacia las estructuras sindicales, hacia los plenarios congresales, aparezca, en forma clara la necesidad de expresarse políticamente, no de partido, sino políticamente en cuanto a propuestas sociales de cambio. Porque sino las consecuencias pueden ser sumamente dramáticas.

La ofensiva antisindical
Otro tema que hace a lo inmediato, a lo cotidiano, es el de la ofensiva antisindical al modelo sindical argentino. El modelo sindical argentino, sintéticamente, es un modelo muy fuerte, es un modelo ejemplar en cuanto a bases estructurales de un movimiento sindical importante. Las bases están. Cuando se ataca el modelo sindical se lo ataca no para mejorarlo sino para debilitarlo, y si es posible para anularlo. Al margen que haya motivos de crítica que uno pueda hacer a las organizaciones sindicales. Una es la crítica que podemos hacer en el seno de este congreso hacia determinados modos, etc., de los sindicatos para mejorarlos; y la otra, la crítica que se hace desde afuera que tiene como objetivo debilitar a todos los sindicatos, a los buenos, a los malos, a los regulares, porque de lo que se trata es de debilitar.
Esa ofensiva, que se va a acentuar, necesita por parte de las organizaciones sindicales y la gráfica es una de las organizaciones sindicales con mayor tradición y la de mayor importancia cualitativa por lo que es el producto del trabajo de los gráficos. Indiscutiblemente necesita que los sindicatos vayan a los trabajadores.
Y el ir hacia los trabajadores implica que hay que ir no solamente en determinadas ocasiones, sino que hay que ir permanentemente contrarrestando la ofensiva de los medios masivos, para lo cual los sindicatos van a tener que darse los instrumentos de información permanente, porque sino los mensajes se pierden, permanente como para no ser sorprendidos por la ofensiva antisindical.
No solamente hay una ofensiva antisindical por parte de los medios, hay una ofensiva antisindical que está, como el huevo de la serpiente, en estos momentos, nutriéndose de un lugar donde era difícil pensarlo, que es el poder judicial.
Cuando digo el poder judicial me refiero en general cuál es el pensamiento dominante. En general, casi uniforme en todo el país. El que los sindicatos, y nos vamos a introducir en un tema complejo pero voy a ver si puedo ser lo suficientemente claro, y es el tema de la libertad sindical.

La libertad sindical
Todos los jueces y en general, no porque sean enemigos nuestros sino porque están ganados por un sistema ideológico, van a plantear, están planteando el tema que en la República Argentina no hay toda la libertad sindical que debería existir.
Ese concepto es un concepto que está destinado a debilitar el modelo sindical de un solo sindicato por actividad. El problema, como está planteado el tema de la libertad sindical, es el que puede haber muchos sindicatos por actividad si así lo quieren los trabajadores.
Si eso avanzase en este país sería la muerte del movimiento sindical, porque la mejor forma de debilitar a un movimiento sindical es, en lugar que haya una sola voz ante el patrón es que haya tres o cuatro voces, porque seguro que entre una de esas tres o cuatro voces, una o dos son las del patrón, aunque aparezca como fuera de un sindicato.
El tema de la libertad sindical va a ser un tema que está planteado con gran actualidad, los jueces en general están ganados por ese principio. Consideran que el modelo sindical argentino tiene que modificarse y tiene que ser preciso haya más de un sindicato por actividad. Gravísimo esto. La síntesis correcta es la siguiente.
Un solo sindicato por actividad, una sola voz hacia el exterior, pero al interior del sindicato tiene que haber miles de voces. Lo que los jueces plantean que debe ser la libertad sindical es hacia adentro, que adentro se puedan expresar todas las opiniones. Pero cuando hay que expresar hacia afuera, tiene que haber una sola voz, porque esa es la que realmente permite la acumulación de fuerzas para sentarse a negociar.
Si el que se sienta a negociar sea un hombre de experiencia, sabe pelear, etc., pero no tiene atrás de si, en la mesa de negociación, simbólicamente al conjunto de los trabajadores del sindicato, los que se sientan a negociar tocarán la guitarra, hablarán mejor, pero no tienen capacidad de negociación porque no tienen al conjunto de los trabajadores. Y para tener al conjunto detrás es indispensable, por lo pronto, que haya una sola organización, y que haya un funcionamiento interno que permita desde las conducciones por medio del cuerpo de delegados se nutra al trabajador neutralizando toda la campaña que desde el exterior se dirige a la cabeza individual de cada trabajador.
En segundo lugar, hay un ataque que está planteado, al cual se prestan sin darse cuenta, así como a veces los trabajadores individualmente van y votan, por ahí los trabajadores individualmente se plantean situaciones que consisten en que no les gusta aportar al sindicato porque el sindicato me da poco. Hay una campaña para debilitar económicamente a todos los sindicatos. En general, en los convenios colectivos, el que no lo tenga lo debe tener, la ley autoriza que en un convenio colectivo se ponga una cláusula que diga que todos los beneficiarios del convenio colectivo van a deber aportar al sindicato.
Aparentemente, qué dicen los jueces, no, por qué, si yo no soy afiliado porqué voy a tener que aportar si me dan el convenio colectivo. Casualmente, el sentido que dice la ley, y hay una ley que lo autoriza, es que en un convenio colectivo los que no son afiliados no pueden enriquecerse y beneficiarse sin dar nada. ¿Por qué?
Porque en ese caso qué se hace, se nutre cada vez más en la conciencia de los trabajadores, para qué voy a ser afiliado, para qué voy a pagar la cuota si de todas formas gozo del mismo convenio y demás beneficios.

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