martes, 29 de junio de 2010

¿Y LA CLASE OBRERA QUÉ?

A contnuación artículo de Hector Menendez escrito a un año del inicio del conflicto agrario. Lo remitimos para su conocimiento y análisis, porque amén de compartir en términos generales su enfoque, interesa sobremanera el interrogante central o sea el qué hacer del (y ante el) movimiento obrero. Remarcamos la coincidencia que sobre esta cuestión ofrecen el autor de esta nota, la posición de Lucio Garzón Maceda (1er p / 2da / 3er /4 ta parte) y nuestro documento sobre la coyuntura posterior a las elecciones, pese a la diversidad de origen e inserción de cada una de las fuentes.

RETENCIONES, ELECCIONES, SUSPENSIONES, DESPIDOS … …
A un año del comienzo del conflicto del gobierno con el sector agropecuario y cuando comienzan a sentirse las consecuencias de la crisis mundial de la economía, mientras se publican y muestran por televisión, por videos, mails y todas las vías más dinámicas de comunicación, lo que discute y resuelve la Sociedad Rural, la nueva Federación Agraria, Carbap, Coninagro, en una mescolanza infernal con la oposición de la derecha y sus partidos, con la Iglesia opositora y reaccionaria, el gobierno se ve jaqueado nuevamente por los empresarios rurales y los nuevos rentistas que viven en los pueblos y ciudades convertidos en piqueteros “rurales” que cortan las rutas. Han conseguido formar un poderosos bloque social con la clase media urbana antiperonista, antichavista, antifidelista, antiEvo, hasta arrastrar incluso, por solidaridad de clase suponemos, a grupos “izquierdistas”. Se trata de la misma composición del bloque social en que se apoyó el golpe de 1955, que hizo retroceder a la clase obrera en su participación de la renta nacional y le quitó el voto por 18 años. No se trata de reivindicar a Perón que se las tomó en el 55 ni al gobierno de los Kirchner que confían en el desarrollo capitalista con financiamiento e inversión externa, pero en esta pelea entre gobierno y oposición los trabajadores tienen intereses que defender y deben tomar partido.
Si hace un año podía admitirse cierta confusión en la población, aún en las fábricas, respecto de los “sudorosos y sufridos campesinos” convertidos en rentistas por la nueva agricultura que cortan las rutas en las zonas más ricas del país, que nadan en la abundancia y apretan al gobierno por una política contra la industria y el mercado interno, ahora no puede admitirse. Hay que salir a romper toda vacilación y los que mejor comprenden la situación deben ponerse al frente rompiendo la parálisis de la burocracia.
Este gobierno no es socialista ni obrero, a pesar de que se sostiene por el voto obrero, pero es del todo evidente que si fija retenciones a las exportaciones agropecuarias y subsidia a la industria o a otros sectores de la economía que dan más trabajo que el campo, a los trabajadores nos conviene intervenir en esta lucha contra el sector agropecuario.
Cuando el gobierno subsidia la harina para que no suba el pan, esta subsidiando el precio de la reposición de la fuerza de trabajo, para que nosotros podamos trabajar para ellos a salarios más bajos. Salarios y costos de producción a precios más bajos que los internacionales para que la industria, el comercio y los servicios puedan producir a valores competitivos internacionalmente.
Estos precios internos relativamente más bajos también benefician al sector agropecuario, aún a los rentistas que alquilan sus campos y hacen piquetes. Pero para ellos no es suficiente, quieren todo: los subsidios y el precio lleno de exportación y han vuelto a las rutas y a la conspiración por todas las maneras posibles para cambiar el gobierno ó cambiar esta política del gobierno por una política de “libre exportación” para volver a la Argentina de las vacas gordas y los peones flacos.
A los países centrales y a todos sus organismos, desde las embajadas, desde sus empresas en el país, desde los medios de comunicación en sus manos, desde su Iglesia, desde la oposición política de derecha y demás agentes nativos, todos se oponen a una política de desarrollo industrial de Argentina. Más allá de lo que hace bien ó de lo que hace mal este gobierno. Una gran cantidad de pequeños burgueses hacen de infantería a este bloque reaccionario e imperialista encabezado por Macri, Carrió, la Iglesia, los radicales y la derecha peronista fascista. Otro sector “izquierdista” de la clase media no apoya directamente al campo pero hace del antikirchnerismo el programa completo de su “revolución”. El empresariado agropecuario y la derecha les agradecen.
Las concesiones que ya le ha hecho el gobierno a las exportaciones de carne la estamos pagando con un aumento del 100 % de este alimento básico de la dieta de los argentinos y en especial de los trabajadores. Les concedieron que exporten los cortes traseros y nos dejen el puchero, cosa que antes este gobierno había resistido. Si la clase obrera se mantiene sin intervenir este gobierno le hará nuevas concesiones al empresariado rural. Las contradicciones del gobierno con ellos son secundarias. La Presidente dice cuantas veces habla que esta bien que ellos quieran ganar más.
Ni el gobierno ni la burocracia adicta han querido movilizar, hacer asambleas en las fábricas y sindicatos para esclarecer, dar un programa y hacer intervenir a los trabajadores liberando las rutas, disputando espacios en los medios de comunicación, movilizando a su propia base de votantes. Piensan que si los trabajadores se ponen en movimiento hoy contra la derecha y la Sociedad Rural mañana se movilizarán con sus propias reivindicaciones frente a la crisis capitalista, en defensa del trabajo y del salario, más allá de los límites capitalistas de su conflicto con el sector agropecuario.
Pero la burocracia de la CGT ha resuelto una concentración para conmemorar el 1º de Mayo en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires el día jueves 30 de abril próximo. Lo han planteado como un acto estrictamente de los sindicatos. Clarín dice que lo hacen para posicionarse para las candidaturas del PJ para las elecciones del 28 de junio. Aún para eso, la burocracia siente que si continúa como convidada de piedra en las negociaciones de los empresarios agropecuarios con el gobierno y este continúa haciéndoles concesiones a costa de las masas, si la derecha se sigue moviendo como dueña de los caminos, de los medios con los que entran a la casa de todos los trabajadores, su situación en las fábricas y en los sindicatos puede hacerse inestable. La burocracia no puede desconectarse totalmente de las bases obreras porque pierde su lugar social en el régimen burgués. Si pierde toda relación con los trabajadores no solamente estos sentirán la necesidad de organizarse por otro lado si no que tampoco le servirán a la burguesía si no controlan medianamente la relación con sus bases.
La burocracia de algunos sindicatos como petroleros sale a exigir la baja de retenciones a la exportación de petróleo junto con sus patronales y se apoyan en una aristocracia obrera y en un régimen policial interno. Otros dirigentes sindicales ya dieron el salto, son gángsteres burgueses. Se apoyan en estructuras sindicales vacías de trabajadores que se mantienen con las obras sociales y la protección del Estado, como por ejemplo Luis Barrionuevo de gastronómicos ó Gerónimo Benegas de trabajadores rurales. Pero el núcleo de la burocracia sindical, camioneros, metalúrgicos, que convocan al acto del 30 de abril, lo hacen porque sienten que tienen que intervenir en este cuadro político - social y electoral para mantener alguna relación con los trabajadores.
¿Las comisiones internas y los cuerpos de delegados combativos y enfrentados con la burocracia que han surgido recientemente en distintos sindicatos y fábricas en el país qué deben hacer? La CTA y algunos otros compañeros llaman a organizar otros actos y no ir a la Av. 9 de Julio. Esta situación me hace acordar cuando Moyano llamó al acto en la Plaza de Mayo contra la Ley Banelco, de reforma laboral de De la Rúa, la que consiguieron con los sobornos en el Senado, y la CTA quiso esconder su apoyo al gobierno de la Alianza con el argumento de la lucha contra la burocracia de Moyano. En una reunión de activistas en Ate Capital que esperaban la resolución de la dirección, donde de paso por Buenos Aires, me habían invitado, cuando trajeron la resolución de la CTA de hacer un acto separado en el Congreso, dije: la pequeño burguesía odia más al burócrata que al patrón. La unidad de los trabajadores contra esa ley siniestra no favorecía a ningún burócrata. Los obreros avanzados que están recomponiendo la vanguardia obrera solo pueden beneficiarse, hoy como ayer, de luchas unificadas que alcancen a más trabajadores aunque las convoque Moyano. Una clase obrera con semejantes tradiciones de luchas nacionales unificadas tenderá a reconquistar las luchas nacionales como clase en el mismo proceso de selección de una nueva dirección.

Estos delegados, Comisiones Internas y sindicatos combativos deben llamar a asambleas y discutir la situación. La necesidad de que la clase obrera frene el accionar de la derecha y del sector agropecuario que, de lo contrario, ganará más posiciones en la política del gobierno y en el reparto de la renta. Y la parte de la renta que ganarán, su mayor ganancia, será a cuenta de una disminución de la participación de los trabajadores en esa renta, no caerá del cielo.
Sobre la base de la discusión y resolución en asambleas, llamando a la televisión donde sea posible, deben organizar con los compañeros la participación en el acto del 1º de mayo en la 9 de Julio. Con pancartas llamando a no conceder nuevas rebajas a las retenciones, a reorganizar la Junta Nacional de Granos y de Carnes a partir de la ONCAA y a avanzar hacia el control estatal del comercio exterior. Exigiendo una ley que prohíba las suspensiones y despidos e imponga la disminución de la jornada de trabajo frente a la caída de la demanda, que declare trabajadores efectivos a todos los “contratados” derogando la ley que posibilitó los contratos de trabajo a término. Exigiendo la reorganización de las empresas estatales, Ferrocarriles, Vialidad, Agua y Energía, Líneas Marítimas, Puertos y Aeropuertos, Gas del Estado y nuevas empresas para obras de infraestructura que eliminen las tercerizaciones y que el Estado genere trabajo para todos. La Presidente dice que la delincuencia y la inseguridad es el resultado de la desigualdad social. De acuerdo. El primer paso es que el Estado asegure trabajo para todos más allá de la ganancia ó el superávit. Con esas consignas debemos ir al acto del 1º de Mayo.
Cientos de miles de trabajadores en la 9 de Julio. Delegaciones de fábricas organizadas en la base con consignas que enfrenten a la derecha y al empresariado agropecuario y defiendan el derecho al trabajo contra suspensiones y despidos será tomar la iniciativa frente a la crisis y a la amenaza de la derecha.

Córdoba, 27 de marzo 2009
Héctor Menendez

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